Un suave vaivén
calma el ansia
de hacerte mía,
de sentir tus labios
en mi boca,
de saborear el mayor
de tus pecados.
Acariciar tus manos
y llevarlas a mi espalda,
zambullirme en tu pecho
y nadar...
de la misma forma
que lo hacen las golondrinas
en verano.
Susurrarte un beso
donde no puedas escucharlo.
Dibujar la noche
en tu sonrisa
mientras jugamos.
Evadirme de la soledad
cuando tus dedos recorren
mi cuerpo desnudo.
Oír tus ojos cantar
bajo la luna nueva
en el silencio
de nuestros cuerpos.
Descubrir tu piel
se convierte en mi
pasatiempo favorito.
18 enero 2006
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